Sufren maestros violentos asaltos en Villaflores
Por Amir Hernández
Imagínese usted que está viendo
una película gringa de policías, de ésos que rompen ipso facto la chapa de la
puerta con un cincel e inmediatamente se deslizan por la pared cuando van
subiendo por las escaleras hasta llegar a su objetivo. Así entraron los
asaltantes fuertemente armados a mi casa.
Lo anterior es la versión
coincidida de dos familias de maestros del municipio de Villaflores que
sufrieron un violento asalto que tardó no más de cinco minutos y que por el
modus operandi al parecer se trata de la misma banda.
El primer caso
Eran las 08:30 horas del jueves 9
de diciembre, cuando María, vio que dos hombres estaban dentro de su casa en
“Jesús María Garza”, una comunidad enclavada sobre el tramo
Villaflores-Suchiapa.
Inmediatamente a ella y a su
familia los amagaron y tiraron al suelo. –¡Dónde está el dinero! ¡Dónde está el
dinero! –Gritó uno de los hampones, quienes nunca dejaron de poner sus
pavorosas armas en las cabezas de las víctimas.
De esa casa se llevaron más de 30
mil pesos en efectivo y joyas. No hubo heridos, sólo crisis nerviosa e
impotencia de los villaflorenses asaltados.
El segundo caso
Eran las 11:00 horas, dos horas y
media después del caso ocurrido en “La Garza”, Fernanda y su esposo Marcos
estaban en su recámara, en la segunda planta de su casa.
De pronto escucharon un golpe que
provenía de la calle, al cual no le tomaron importancia. Eran dos hombres que
con un martillo y un cincel rompieron de un sólo golpe la chapa de la puerta de
la residencia.
Después del ruido ella observó
impávida cómo dos hombres armados se deslizaban por la pared cuando subían las
escaleras que llevan al segundo piso de la casa.
“Venía uno atrás del otro,
apuntando hacia el frente con sus pistolas. Fueron segundos”, dijo.
–¡Al piso, al piso, al piso!,
¡Dónde está el dinero! ¡Dónde está el dinero! ¡Dónde está el dinero! ¡Las
joyas! ¡Las joyas! ¡Las joyas!, ¡Dónde están las joyas! –Gritó uno de los
hampones, quien habló, instruyó y mandó a las víctimas todo lo que debían
hacer, sin dejar de colocar en sus cabezas las armas de fuego.
–¡Reza mi vida, reza! –le dijo
Marcos a Fernanda. Ella oró sin parar el Padre Nuestro y el Ave María, mientras
él le argumentaba a los asaltantes que no tenían dinero.
–¡Sabemos que sí, no te hagas
pen… sabemos que sí tienen, dónde está, dónde están las joyas, nos vamos y aquí
no pasó nada! –increpó uno de los hombres armados, quien ordenó a su compinche
que buscara en la recámara.
De esa residencia los criminales
sustrajeron más de 20 mil pesos en efectivo y más de 10 mil pesos en joyas.
Después se dieron a la fuga con rumbo desconocido, no sin antes amenazar de
muerte a los agraviados, quienes permanecieron en el piso hasta que el ambiente
quedó en silencio.
En ambos casos el modus operandi
al parecer es el mismo, similar a otros hechos que se han registrado en Tuxtla
Gutiérrez.
Pese a que ningún vecino pudo
percatarse del ilícito, más de uno observó que el peligroso binomio se movía de
manera campante en un vocho blanco en cuyo espejo retrovisor interior cuelga una
imagen de la Virgen de Guadalupe.
La Policía auxilió a las familias
agraviadas, sólo que éstas rechazaron denunciar los hechos ante la Procuraduría
General de Justicia del Estado por temor a represalias.
Comentarios