Entrenan con fuego real
Las condiciones de inseguridad que vive el país y la necesidad de profesionalizar al personal militar para las tareas de salvaguarda de la población civil, han llevado a los soldados mexicanos a recibir entrenamiento con fuego real.
En el Campo Militar 37 C se encuentra la Escuela Militar de Infantería, donde se brinda entrenamiento militar y capacitación en materia de derecho internacional, ayuda humanitaria y derechos humanos, para los líderes de las pequeñas unidades, como son los sargentos y oficiales.
De esta manera, el director de la Escuela Militar y comandante del 81 Batallón de Infantería, con sede en este mismo campo militar, General Brigadier Pedro Ortiz Martínez, aseguró que hoy el entrenamiento se basa en las necesidades de seguridad de la población civil y por ello, el personal militar recibe capacitación adecuada.
En un recorrido por las instalaciones de este campo militar y sus diferentes pistas de entrenamiento a cielo abierto, en pleno campo, se entrena a las clases militares en técnicas de planeación para las operaciones, para intervención de inmuebles, para rescate de rehenes o secuestrados, para reaccionar a las agresiones y para hacer frente a una emboscada.
En todos los casos se pasa por entrenamiento con movimientos físicos reales, ingresos a inmuebles, pero el curso básico es de ocho semanas en las que se somete a una prueba de resistencia física a los reclutas, además se les brinda la capacitación en diferentes etapas.
En todos los casos hay supuestos delincuentes y personal de seguridad, y se hacen simulaciones desde la planeación hasta el contraataque, lo que permite a los equipos pensar cómo garantizar la seguridad de la población civil y neutralizar a los delincuentes, ya sea por captura o en caso extremo por abatimiento.
El comandante del 81 Batallón de Infantería, General Brigadier Pedro Ortiz Martínez, aseguró que "en esto sí somos muy selectivos, no les enseñamos a los soldados a matar a todo lo que se mueve, es preferible que haya un delincuente vivo y no un inocente muerto".
Dijo que todo el entrenamiento de los soldados es de precisión, que se les enseña a cuidarse en parejas, avanzar confiando la vida propia en el compañero y sobre todo, cuidando siempre los derechos humanos del enemigo, de los delincuentes y de la población civil.
En el curso la primera de las etapas es a partir de movimientos con armas descargadas en donde se simulan los disparos expresando con la voz "pum, pum" y se realiza todo tipo de prácticas en estas condiciones en espera de que el soldado se haga a la idea de en que momento y cuántos tiros debe ejecutar.
Después se hace esta misma práctica, pero con balas de salva, que solamente hacen ruido, se escucha la detonación y el soldado se va acostumbrando a las detonaciones, pero es imposible saber si sus disparos pegaron en el blanco.
Posteriormente se pasa a la etapa de Gotcha, en donde se usan rifles y pistolas con balas suaves de goma que se desintegran al contacto con el cuerpo, pero aunque no hacen ningún daño, pueden causar moretones en la piel y esto se usa para saber si la puntería de los soldados se ha afinado y al mismo tiempo para que éstos aprendan a cuidarse y protegerse a fin de que no sean alcanzados por ningún disparo.
La siguiente etapa es con fuego real, pero en este caso se montan escenarios diversos en condiciones diferentes, de día o de noche, en donde solamente se pone al bando del Ejército y no a los delincuentes, se usan "Dianas" o siluetas dibujadas en papel, que tienen movimientos reales.
Estas siluetas, lo mismo pueden ser de vehículos, que de personas, agresores, delincuentes o personal civil, inocente y se deben distinguir cada uno de ellos para saber cómo actuar frente a cada situación que es diferente.
También existe una parte teórica de la capacitación que es en primer lugar el conocimiento del Derecho Internacional Humanitario, que se integra por diez módulos en los que se conocen los protocolos, símbolos, reglas y trato a los prisioneros de guerra, así como el cuidado de las obras culturales y arqueológicas de los pueblos como una parte del derecho internacional.
En el primero de los módulos de esta pista de entrenamiento se enseña al soldado a conocer y reconocer los símbolos que a nivel internacional han sido protocolizados para saber en donde hay por ejemplo un puesto de protección civil, un hospital, instalaciones estratégicas, entre otras como bibliotecas y escuelas.
Se imparte también el conocimiento al soldado de cómo conocer a los que son combatientes y los que no lo son, a quiénes se les puede tomar como prisioneros de guerra y cómo tratarlos, además de cómo obtener información de ellos, sin necesidad de violar sus garantías individuales.
En esta parte del entrenamiento se conocen los derechos y los protocolos internacionales con los que el personal militar debe actuar en la guerra, pues aun cuando se trate de combatientes y de enemigos, las garantías individuales y los derechos humanos deben ser escrupulosamente respetados.
El curso de capacitación en esta Escuela de Infantería, hoy tiene un programa de capacitación con enfoque mayor en acciones de combate urbano y operaciones en contra del crimen organizado, con el fin de estar en condiciones de hacer frente a las situaciones de riesgo que pueden presentarse en cualquier tipo de comunidad.
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