Arresta PGR a médico del IMSS en Chiapas por muerte de niño
Juan Antonio
Mendoza Espino fue aprehendido por el presunto delito de homicidio culposo
agravado, por la muerte del paciente Saúl Ibrahim Ruiz Robledo, de dos años de
edad
Por Amir Hernández
Policías de la Procuraduría General
de la República
(PGR) aprehendieron y pusieron a disposición de un juez del penal “El Amate” a
un doctor de la Unidad
Médica Familiar número 13 “Las Palmas” del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS), acusado de homicidio culposo agravado en agravio de
un niño de dos años.
Se trata del médico
general Juan Antonio Mendoza Espino, quien fue detenido a las 20:00 horas del
pasado 23 de abril por elementos de la Policía Federal
Ministerial en las puertas de su residencia en Chiapa de Corzo, derivado de la
averiguación previa 589/2012/PGR/CHIS/TGZ y causa penal 14/2014/TGZ que
iniciaron respectivamente el agente del Ministerio Público de la Federación y el Juez
Segundo de Distrito por la muerte del paciente Saúl Ibrahim Ruiz Robledo el 19
de agosto de 2012, tras sufrir traumatismo craneoencefálico mal atendido.
El galeno fue
internado a las 01:30 horas del jueves en el Centro Estatal para la Reinserción
Social de Sentenciados (CERSS) “El Amate”, donde enfrenta su proceso jurídico
por el presunto cargo de responsabilidad profesional en el delito de homicidio
culposo agravado, después de 20 meses de que se registrara el lamentable hecho.
José Alberto Ruiz
Chávez, padre de Saúl Ibrahim Ruiz Robledo, informó que la tragedia inició la
madrugada del 1 de agosto de 2012, cuando el pequeño cayó de la cama y se le
formó un chichón en la cabeza, justo arriba de la oreja derecha, sin que
registrara otros malestares, al menos en ese día.
Tres días después,
el 4 de agosto, el niño sufrió otorragia en el oído derecho (hemorragia a
través del conducto auditivo externo), por lo que su padre José Alberto Ruiz
Chávez lo llevó de urgencia a la Unidad Médica Familiar (UMF) número 13 ubicada en
el fraccionamiento Las Palmas de Tuxtla Gutiérrez, donde lo atendió el médico
Juan Antonio Mendoza Espino, quien le diagnosticó a simple vista amigdalitis y
otitis, descartando traumatismo craneoencefálico por la caída de la cama y por
lo tanto la necesidad de realizar estudios de tomografía computarizada y rayos X.
El diagnóstico del
doctor Mendoza presuntamente fue negligente: golpe superficial en cabeza, sin
problemas internos, amígdalas crecidas, febrícula e infección en garganta, para
lo cual recetó ampicilina y paracetamol.
11 días después, el
15 de agosto, el pequeño Saúl tuvo fiebre, rigidez de nuca y aletargamiento.
El niño fue llevado
por su familia con el médico de guardia en la misma UMF-13, quien diagnosticó
amigdalitis y para contrarrestarlos recetó amoxicilina y paracetamol.
Horas después,
estando en casa, los padres se dieron cuenta que el infante no había orinado y
vomitó, y lo regresaron a la
UMF-13 , donde el galeno de urgencias que lo atendió dictaminó
deshidratación. Posteriormente les dio un pase para pediatría, donde también
fue valorado.
Ahí, el niño volvió
a vomitar y el médico pediatra diagnosticó deshidratación leve-moderada,
añadiendo que no había nada de qué preocuparse. Eran las 06:00 horas del día
siguiente.
A las 13:00 horas
Saúl Ibrahim fue trasladado de urgencias a piso de pediatría para permanecer
bajo observación, donde sufrió “vómito de forma de proyectil” y rigidez de
cuello. A las 18:00 horas el niño pidió ser abrazado por su padre, en cuyos
brazos convulsionó.
El diagnóstico de
los galenos fue “bajo nivel de calcio”. Pese a ello, seguían afirmando que no
había nada de qué preocuparse. El niño fue sedado y posteriormente entró en
coma con paro respiratorio. El dictamen médico de ese momento fue de
“enfermedad desconocida”.
Luego comenzaron
con las preguntas hacia los padres, entre ellas si el niño había ingerido algún
medicamento, pero no, los familiares ya les habían dicho que el niño se golpeó
la cabeza al caerse de la cama.
Tras exigir la
familia estudios de tomografía, el cuerpo médico del IMSS se negó porque el
niño estaba en un cuadro de paro cardiorrespiratorio. Habían pasado ya tres
días de internamiento, conectado a un tanque de oxígeno.
El 18 de agosto un
pediatra particular contratado por la familia observó al niño y diagnosticó un
mal neurológico por trauma en la cabeza, solicitando tomografía computarizada y
valoración lumbar, lo cual fue negado por el IMSS porque el infante ya estaba
en coma.
Al día siguiente,
el 19 de agosto, los galenos de pediatría del IMSS informaron a la familia Ruiz
Robledo que la enfermedad del menor ya no tenía remedio y pidieron autorización
para desconectarlo, pues al hospital le costaba 30 mil pesos diarios mantenerlo
en ese estado.
A las 18:10 horas
el pequeñito de dos años de edad expiró, sospechando sus padres que lo
desconectaron.
Desconsolado y
lleno de dudas, José Alberto Ruiz Chávez pidió la presencia de un Ministerio
Público para ordenar que el cadáver fuera trasladado al Servicio Médico Forense
y hacerle la necropsia.
Uno de los doctores
le dijo que no era necesario hacer eso, explicando la fealdad de las
instalaciones y lo que significaba el proceso de la necropsia, lo que convenció
al padre de familia, aunque después de ello se arrepintió.
El 7 de diciembre
de 2012, luego de casi cuatro meses del fallecimiento del niño, el padre de la
víctima denunció los hechos ante la delegación de la PGR en Chiapas en contra de
quien o quienes resulten responsables, iniciando el Ministerio Público de la Federación la
averiguación previa número 589/2012/PGR/CHIS/TGZ.
Hoy se sabe que por
lo menos hay 20 personas involucradas en este homicidio, entre médicos y jefes
de laboratorio (fue atendido por 16 doctores de la UMF-13 y Hospital General
zona número dos “5 de Mayo”) que por negligencia médica dictaminaron
amigdalitis y otitis.
Según las investigaciones
ministeriales, Saúl perdió la vida por posible meningitis (infección bacteriana
de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal, meninges), debido
al traumatismo craneoencefálico que provocó otorragia y coagulo infectado con
bacterias, no atendido por los doctores.
Tras las pruebas
que expuso el Ministerio Público de la Federación , el Juzgado Segundo de Distrito liberó
la orden de aprehensión el pasado 21 de abril en contra del médico general Juan
Antonio Mendoza Espino, misma que fue ejecutada la noche del miércoles en
Chiapa de Corzo para ser puesto la madrugada del jueves a disposición del juez
penal, quien en breve le dictará formal prisión.
¡ALTO AL IMSS!
“Mi hijito murió a
los dos años 26 días, por negligencia médica. Pido que se castigue conforme a
derecho y si hay más culpables que los llamen a cuentas. Cómo es posible que
uno ponga la vida de nuestros hijos en manos de esos doctores, que dan un trato
tan deshumano. No queremos más muertes por negligencia médica. Que lo que le
pasó a mi bebé no les ocurra a otros niños atendidos por médicos del IMSS, que
sirva como precedente, que el IMSS sea humanizado”.
José Alberto Ruiz
Chávez
Padre
¿QUÉ PASÓ?
El médico Juan
Antonio Mendoza Espino, de la
Unidad Médica Familiar número 13, ubicado en el
fraccionamiento Las Palmas de Tuxtla Gutiérrez, atendió al niño Saúl Ibrahim
Ruiz Robledo, de dos años de edad, quien sufrió traumatismo craneoencefálico
tras caer de la cama y dijo que sólo tenía amigdalitis y otitis. Según las
investigaciones ministeriales, Saúl perdió la vida por posible meningitis,
debido al traumatismo craneoencefálico que provocó otorragia y coagulo
infectado con bacterias, no atendido por los doctores. Por lo menos hay 20
personas involucradas en este homicidio, entre médicos y jefes de laboratorio,
entre ellos 16 doctores de la
UMF-13 y Hospital General zona número dos “5 de Mayo”.
Comentarios